lunes, 19 de marzo de 2012

Lenguaje Corporal

No hace falta ser psicólogo o experto en comunicación no verbal para comprender el significado de ciertas miradas y gestos. Todos somos capaces de interpretar el lenguaje corporal más evidente, como una mirada de cariño, un puño cerrado en posición amenazante o un gesto ostensible de desprecio.

Pero el lenguaje corporal es mucho más complejo, porque todo nuestro cuerpo habla en todo momento. Lo queramos o no, el cuerpo transmite mensajes permanentemente, y a menudo contradice lo que la persona está diciendo con palabras.

Si usted está familiarizado con los fundamentos de la comunicación no verbal, percibirá claramente estos mensajes. Si no lo está, los percibirá también, aunque sea de manera inconsciente. Y no debe olvidar que su cuerpo también habla. Vuelve a cumplirse la máxima según la cual no es posible no comunicar.

Huelga explicar, por tanto, la importancia de controlar nuestro lenguaje corporal y saber leer el de los demás cuando estamos en un contexto laboral: desde una entrevista de selección hasta una reunión de trabajo o un proceso de negociación salarial.

Es importante tener claro que no hay verdades absolutas. Que alguien se acaricie la barbilla no siempre significa que está reflexionando, al igual que taparse la boca al hablar no es un síntoma inequívoco de falsedad.

Por otro lado, cada gesto debe leerse en su contexto, porque puede significar cosas muy distintas según cuándo, dónde y cómo se produzca.

Aun y así, multitud de libros y estudios han tratado de construir un «diccionario» de la comunicación no verbal. Hay que tomar estas indicaciones con reservas, nunca como fórmulas magistrales, pero sin duda pueden servir como orientación. Veamos algunas «entradas» de ese posible diccionario:

La Mirada (Los ojos)

De todas las partes del cuerpo humano que se emplean para transmitir información, los ojos son los más importantes para reflejar los matices más sutiles. El primer contacto que hacemos comúnmente con una persona es a través de los ojos; muchas veces basta una mirada para iniciar una relación, terminarla, elegir o rechazar.

Los músculos de los ojos son maravillosamente sutiles, por lo que cada mirada es minuciosamente distinta de otra; nos dice lo que va dentro de la persona que mira.

Mirar directamente a los ojos de quien nos habla demuestra interés y atención, pero mantener esa mirada durante todo el tiempo sería demasiado agresivo.

• Un fuerte enfado se comunica evitando ver —a propósito— los ojos de la otra
persona o viéndola en forma intensa y dura.
• El apartar la mirada se asocia a la intención de ocultar la intensidad de una
emoción o de un sentimiento.

• Algunas veces, la ausencia de contacto visual da la impresión de aislamiento.

Durante una conversación, desviar la mirada justo antes de empezar a hablar indica que lo que vamos a decir es fruto de una reflexión meditada, mientras que mirar a derecha e izquierda cuando nos hablan suele ser una demostración de desinterés.

El Rostro

La expresión del rostro muestra diferencias importantes en el significado del
mensaje. Si deseamos enviar un mensaje cálido o positivo, lo apoyamos con una sonrisa amable. Si se trata de un mensaje serio, mostramos una expresión grave, solemne o circunspecta.

Con los movimientos de la cara también podemos manifestar las emociones más
profundas o superficiales. Si hay algo que nos contraría, lo reflejamos con una
expresión dura o airada. La felicidad se expresa con un cambio gestual y con una movilidad suave de los músculos faciales. La cólera se manifiesta con los músculos tensos y rígidos. Este aspecto del lenguaje corporal es muy importante ya que con el rostro revelamos pensamientos, sentimientos, emociones, actitudes hacia personas, ideas o hechos.

Además, muchas personas nos interpretan o enjuician como resultado de esas
expresiones.

Las Manos
Ellas juegan un papel muy importante en las comunicaciones. Su movimiento está estrechamente asociado con las emociones.

• El saludo que sigue al contacto visual es una demostración de dominio. Si se
estrecha la mano firme e intensamente, se expresa que poseemos la fuerza y
amabilidad suficientes para llevar el control de la situación.

Por el contrario, si
se establece un contacto débil, se sugiere una personalidad que intenta
mantener distancias, reservar su espacio social y que está encerrada en sí
misma.
·   Juguetear con objetos (síntoma de nerviosismo e inseguridad).
·   Entrelazar los dedos (un gesto que expresa autoridad y rigor, pero también voluntad de entendimiento y espíritu constructivo).
·   Frotarse entre sí (síntoma de impaciencia).
·   Girar para mostrar las palmas (transmitiendo sinceridad y franqueza).
·   Tocar levemente el brazo de nuestro interlocutor (para pedirle que confíe en nosotros y crea lo que le estamos diciendo).
• Al dar condolencias, es frecuente hacerlo con un cálido apretón de manos y
un suave abrazo; de esa manera se transmite la pena de un modo más
natural y efectivo que si se hiciera con palabras.

La Posición del Cuerpo
La norma fundamental es la que distingue entre cerrazón y apertura. Los brazos cruzados protegiendo el cuerpo son una posición defensiva bastante obvia, mientras que las posturas abiertas demuestran relajación, hasta el punto -cuando son exageradamente abiertas- de transmitir desinterés y mala educación.
Los Movimientos de la Cabeza
Si nuestro interlocutor asiente repetidamente mientras nos escucha puede significar que nos entiende y está de acuerdo con nosotros o que quiere que acabemos lo antes posible para responder.

Una ligera inclinación hacia adelante indica que la persona está escuchando, y escuchando con interés si al mismo tiempo inclina la cabeza ligeramente hacia un lado.
Esta es sólo una pequeña muestra de algunos movimientos y gestos de lenguaje corporal que generalmente – y siempre con el riesgo de equivocarnos – podemos interpretar en cierto sentido. Pero cuando estudiamos el lenguaje corporal de todo un cuerpo en su conjunto, las combinaciones son casi infinitas. Y están repletas de matices muy sutiles.


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